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Columna de Mariela Formas en el Diario Financiero: Brechas de género: Del diagnóstico a la acción
30 de marzo de 2022
Columna en el Diario Financiero de Mariela Formas, Vicepresidenta Ejecutiva de la Cámara de Innovación Farmacéutica | CIF
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En 1970, dentro de las cinco mejores orquestas sinfónicas de Estados Unidos, solo un 5%
de los músicos eran mujeres. Actualmente, las mujeres conforman sobre un 35% en dichas
orquestas. Este aumento de mujeres músicas en las orquestas más prestigiosas del mundo
no sucedió por casualidad. A fines de los 70´s, la orquesta sinfónica de Boston fue pionera
en la implementación de audiciones ciegas, donde simplemente los músicos audicionan tras
una cortina, sin permitir al jurado que selecciona saber si es hombre o mujer a quien
escuchan. Esta sencilla práctica de selección sin sesgo implicó un 50% de aumento en las
probabilidades de seleccionar mujeres músicas y con ello aumentar en forma significativa la
disponibilidad de los mejores talentos para la orquesta y su desempeño.

En el marco del mes en que se conmemora un nuevo Día Internacional de la Mujer, es
imperioso reflexionar si estamos diseñando estrategias acertadas para atraer y retener los
mejores talentos en las organizaciones y con ello aumentando el bienestar de la sociedad
en su conjunto, con diseños tan sencillos como la cortina de la orquesta.

A propósito de la pandemia del Covid19, ha estado sobre la mesa, en múltiples ámbitos, la
relevancia y validación transversal de la importancia de la toma de decisiones basada en
evidencia. Resulta a lo menos curioso que en materia de equidad de género la evidencia
aún no sea suficiente para diseñar e implementar políticas que efectivamente rompan los
sesgos y aceleren los cambios para disminuir las brechas de género.

Los estudios y evidencia son cuantiosos, recientemente el McKinsey Global Institute publicó
un estudio sobre brechas de género que muestra que, si tanto hombres como mujeres
participaran de forman paritaria en la economía implicaría un aumento de un 26% del PIB
mundial anual para el 2025; vale decir, un aumento equivalente al tamaño de las economías
combinadas de China y EE.UU. en la actualidad.

El imperativo ético y social, además de económico, de la diversidad e inclusión en nuestra
fuerza laboral nunca ha sido más claro, se ha demostrado repetidamente que los equipos
diversos tienen la inteligencia colectiva más alta y obtienen mayores retornos de innovación.

No podemos permitirnos que a nivel nacional aun tengamos cifras tan paupérrimas como
las que refleja el Reporte de Indicadores de Brechas de Género en las Empresas 2021, que
muestra que, solo para las empresas que reportan a la CMF, existe un 12% de participación
de mujeres en los directorios y un 21% de participación de mujeres en gerencias de primera
línea, y más alarmante aún es la cifra de brecha salarial, donde a nivel administrativo la
diferencia de sueldo a igual cargo y competencia entre hombres y mujeres es de 9,1% y a
nivel ejecutivo de 13,8%.

En la academia la situación no es muy distinta. El estudio: “Evaluación de Brechas de
Género en la Trayectoria de Investigación” de Jocelyn Olivari y Mariano Pereira muestra
que, a igual tarea, productividad, edad, experiencia y adjudicaciones de fondos, las
investigadoras en Chile reciben un salario 11% inferior al de sus pares hombres.

Estos diagnósticos demuestran que no estamos diseñando estrategias adecuadas para
avanzar en forma sustantiva en equidad de género. Implementar intervenciones de diseño
estructural tan simples como la cortina utilizada en las audiciones de orquesta no solo 
promueven la igualdad de género, sino que con ello se abre el enorme potencial de
beneficiar el desarrollo y a la sociedad en su conjunto.

Este es el punto de aprendizaje más relevante, para seleccionar y retener el mejor talento
disponible, y generar oportunidades de desarrollo equitativas se requieren estrategias de
diseño intencionadas que rompan los sesgos como: transparentar en forma obligatoria los
indicadores de brechas de género, tal como lo ha hecho Australia a través de la
implementación de la agencia de igualdad de género en los lugares de trabajo WGEA.
Establecer procesos de evaluación y promoción transparentes al interior de las
organizaciones y diseñar políticas de selección y promoción sin sesgos.

Alcanzar los beneficios sociales y económicos de la equidad, no solo es lo inteligente de
hacer, sino que es lo correcto y ético de hacer para generar un desarrollo y una sociedad
más justa y equitativa para todos y todas.

Barack Obama, en su libro de memorias Una tierra prometida, se pregunta con razón: “¿Es
útil hacer un retrato de cómo debería ser el mundo si los esfuerzos por alcanzarlo están
destinados a no cumplirse?”. Pero si hablamos de paridad de género, los objetivos sí están
a nuestro alcance, sólo falta que nos pongamos en acción y entendamos que los cambios
culturales no son por inercia, sino que requieren intervenciones con diseños que los
intensionen y rompan esa inercia.

Lee la nota de el Diario Financiero aquí: https://www.df.cl/brechas-de-genero-del-diagnostico-a-la-accion 

Contenido redactado por Cámara de la Innovación Farmacéutica bajo licencia Creative Commons