SEÑOR DIRECTOR:
En el marco del Día de la Investigación Clínica, parece atingente resaltar la importancia de la investigación clínica y su impacto en la inversión en I+D en Chile. De acuerdo con la última encuesta sobre gasto y personal en Investigación y Desarrollo del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación en 2020, la inversión en I+D en Chile se mantuvo en un 0,34% del PIB, situándonos aún lejos del promedio del 2,68% del PIB de los países OCDE.
La inversión en I+D en Chile es financiada en un 42% por el Estado, un 35% por las empresas, 19% por instituciones de educación superior y el restante 4% lo financian fondos internacionales e instituciones sin fines de lucro. En este contexto, la investigación clínica da cuenta de cerca de un 45% de la inversión privada en I+D, es decir, casi la mitad de ese 35%, constituyéndose como un sector de aporte sustantivo en la inversión en I+D.
Adicionalmente, la investigación clínica absorbe una cantidad significativa de capital humano avanzado, concentrando más de 20 veces el promedio nacional de investigadores. Esto tiene un impacto económico y de desarrollo, y genera múltiples beneficios adicionales, como datos para la toma de decisiones en políticas de salud, infraestructura, acceso a la red global de investigadores, entre otros.
Es preocupante observar que otros países de la región están implementando políticas para atraer la investigación clínica, reconociendo su impacto positivo. Mientras Chile pierde competitividad y a su capital humano avanzado en este ámbito.
Es crucial no solo superar las barreras regulatorias existentes para la investigación clínica, es urgente y necesario implementar políticas que fomenten su atracción. Solo así podremos capitalizar el impacto positivo que genera la investigación clínica, tanto en términos económicos como en desarrollo para nuestro país.
Mariela Formas
Vicepresidenta Ejecutiva
Cámara de la Innovación Farmacéutica